La crisis y el silencio, el origen de un nombre para empresa.
La elección de un nombre personal no es tarea sencilla al igual que la elección para un nombre de empresa.
Pregúntale a tus padres y, de hecho, te contarán que debatieron antes de decidir el tuyo. ¿No lo crees?, hagamos un ejercicio. Imagina cómo te gustaría llamarte.
Ten en cuenta que debe ser un nombre trascendente y memorable. ¿Difícil? Seguramente, surgen un sinfín de preguntas al pensar en una “simple combinación de letras” que será tu identificación de por vida.
Elegir nombres no es simple en la práctica.
Debemos plantearnos cientos de interrogantes antes de escogerlo. Aún más, cuando se trata del principal distintivo de una marca o, mejor dicho, el nombre comercial para tu empresa.
Por ahora, no profundizaremos en los rigurosos procesos del naming. Sino, detallaremos —desde un aspecto íntimo— cómo y el porqué de la elección de White on White como nombre de nuestro Branding Studio.
Crisis, más crisis… y, de pronto, todo es silencio.
Cada vez que dábamos por hecha nuestra elección, nos preguntábamos si la decisión tomada capturaba nuestra esencia. La respuesta era negativa.
Así, entramos en un maravilloso estado de crisis —sí, la temible crisis—. Pero, ¿sabes?, fue lo mejor que nos pasó. Esta situación nos permitió replantear todo, dejar nuestras mentes en blanco y reiniciar todo el proceso de creación.
Ese estado de silencio fue, sin lugar a dudas, la herramienta necesaria durante nuestro desarrollo del nombre para la empresa.
De todo el conjunto de colores, que nos conectan con nuestro “yo creativo”, pensar en blanco nos permitió afinar nuestra autoescucha y describir el alma de White on White.
Así, evidenciamos el poder de la simpleza y, en especial, la belleza de un color que es evitado en muchas piezas gráficas debido a su sencillez o al temor al vacío.
Destellos blancos al final del túnel
Como en toda familia, se presentaron diferencias e intercambios de ideas.
Sin embargo, de inmediato coincidimos en que nuestro nombre para la empresa debía estar conectado a lo que dio origen a nuestro proceso creativo, el principio del vacío.
De esta manera, determinamos que el color “blanco” sería la pieza fundamental en nuestro nombre, pues estuvo presente en todo el esquema de creación.
El blanco no es la ausencia de un color; sino, la matriz de todo el espectro de colores.
Solo al tener la mente en blanco podemos evocar paz, sinceridad, honestidad; ergo, conectarnos directamente con nuestros valores y así superar toda dificultad.
Al final de cada túnel —sí, luego de la tan temida crisis— una luz blanca permitirá contactar a nuestro “yo interior” e identificar las más increíbles soluciones.
Porque admiramos la belleza de la simplicidad, somos White on White.
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