Fotografía del ser en una organización corporativa
Es un hecho que cada ser humano es un universo por explorar.
Cada uno proviene de lugares en donde adquirimos diferentes costumbres, valores, creencias, etc., transmitidas de generación en generación.
Sin embargo, a pesar de conocer los mismos códigos, —teniendo en cuenta que provienen de una misma familia— existen momentos en donde la convivencia se torna pesada, ¿o no? Pensemos en cómo te fue durante la etapa de aislamiento social. Difícil ¿cierto?
Según las estadísticas fue la etapa de más divorcios y separaciones.

Si mantener un ambiente de armonía, perenne, con nuestra familia no es tan sencillo, imagina convivir más de ocho horas diarias con personas que no lo son (a quienes irás conociendo poco a poco, junto a sus diferentes códigos).
¿Experimentaste algo parecido? De hecho, sí.
Es por eso que a veces resulta complicado, mas no imposible, lograr que los colaboradores se integren al 100 % con la cultura y la filosofía corporativa.
El primer paso
Aquí, entra en acción la función integrada de diferentes áreas de la empresa hacia un mismo propósito: optimizar y/o fortalecer el clima laboral.
En la actualidad, las organizaciones han comprendido que no solo priman los objetivos comerciales. Sino, también, son necesarias metas comunicacionales que garanticen la cohesión entre compañeros de trabajo.
Así, mejorar la relación y la interacción entre ellos. Sin embargo, no es suficiente.

Somos seres sociales por naturaleza. Por eso, —y porque pasamos juntos varias horas al día— urge entender que una empresa no es un frío espacio robotizado; sino, un grupo humanizado cuyo espíritu y soporte es el equipo de trabajo.
Es momento de tratar a las organizaciones como “personas”, como “entes únicos” caracterizados por creencias, valores, razón de existencia (misión), norte definido (visión) y un propósito coherente en la sociedad.
Predicar mediante acciones
En White on White, lo sabemos.
Entendemos el poder del potencial humano.
Si nuestro propósito era trascender en la sociedad, primero debíamos hacerlo con nuestro equipo. ¿Tarea sencilla? No, para nada. Incluso, sería soberbio afirmar que la fidelización está consumada.
Es un aprendizaje diario en donde surgen nuevos retos, exploramos la sinergia entre el factor comercial y el talento humano, enriquecemos nuestra cultura y la hacemos coherente con nuestro propósito.

Nuestra filosofía fue construida en torno a una visión humanizada de nuestra marca.
Vivimos nuestra cultura guiada por valores que identifican a nuestro equipo y, a la vez, se reflejan en cada uno de nuestros procesos.
Nuestro trabajo no termina con la creación de identidad en las marcas —apenas es el comienzo—. Buscamos, en especial, trascender contigo mediante un sentido humanista del diseño.
Porque creemos que la imagen es el reflejo del alma, somos White on White.
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